lunes, 13 de mayo de 2013

y todo empezó con un sueño

Cuatro años es mucho tiempo para seguir pensando en alguien. ¿O no? Yo diría que sí. Aunque técnicamente no han sido cuatro años de estar pensando en ti constantemente. Sólo me sorprendo cuando, después de un largo rato de ni pensar en tu nombre, ¡PUM!, regresas así como así. Basta encontrarme con una foto de aquéllos tiempos en los que éramos tú y yo contra el mundo (como de película) para que me atormentes en sueños y para que empiece a pensar en ti. Dicen que el primer amor nunca se olvida, y eso es un hecho de la vida (digo, tal vez por eso después de cuatro años, ahí sigues). Después de todo creo que es el amor en su forma más pura, más inocente. Es ciego, muy ciego. Es un amor que te hace sentir que todo es posible, todo es para siempre, sí se puede pelear en contra de todo el mundo y en contra de cualquier distancia, no importa qué tan grande sea. Pero pasa que en muchos de los casos (me atrevo a decir que la gran mayoría), el primer amor muere, se acaba. “No hay amor sin terminarse, por más firmeza que tenga. Hasta el mundo ha de acabarse, cuando el mundo final tenga. Nadie habrá de lamentarse, no hay mal que por bien no venga” dice un muy sabio verso de un son jarocho (¿cómo no amar al Pájaro Cú?). Y llega un segundo, un tercero, un cuarto amor… Pero, ¿es posible que llegue uno que te haga sentir como el primero? ¿Será posible derrumbar todas las barreras y defensas (mecanismos de defensa, más bien –represión, negación, resistencia) que pusiste después de haber sufrido la pérdida de aquél primer amor? Un amor que era increíble, surreal... La pregunta es, ¿será posible sentirnos igual de enamorados como aquella primera vez en la que nos enamoramos incondicional e irrevocablemente? Podré ser una hopeless romantic que ha visto demasiadas chick flicks en su vida, pero yo digo que sí. Me niego a creer que jamás voy a estar igual de enamorada como cuando me enamoré de ti aquélla primera vez. También me niego a creer que sólo hay una media naranja para cada uno de nosotros. Digo, billones de personas en este mundo y creer que sólo existe UNA persona correcta y que nos complementa a la perfección, es una locura. Y, sí, ya pasaron cuatro años y hasta hace unas semanas seguía pensando en ti, de vez en cuando. Pensar que esta regresión al pasado empezó con un simple sueño en el que me decías que todavía me amabas. Los sueños pueden llegar a ser tan intensos… Pero las cosas cambiaron. No voy a darte detalles de en qué sentido o cómo es que cambiaron, pero una cosa sí te digo: ya me liberé de ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario