entramos al super mercado, a Pablo le quieren quitar su navaja y no protesta, en cambio yo, salto como leona, tráiganme al supervisor, a la gerente, al dueño del super, no se puede imaginar, semejante atropello, que se quieran llevar la navaja de una mujer, al final consigo quedármela y mi naturaleza salvaje se manifiesta en el lodo que pinta mi cuerpo.
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