martes, 20 de abril de 2010

tomar un baño

El asunto del baño no es solamente eso, es un ritual, porque es más poderoso si se toma con alguien propiamente hecho para el acto.

El agua funciona como un bálsamo, un líquido que fluye por si sólo en el cuerpo de dos personas que han pasado la noche juntas. Por la mañana tras haber compartido su calor, van hacia el chorro de agua tibia. Un juego de seducción comienza a gestarse al mojarse el cabello, luego las manos que tocan los cuerpos mutuamente resbalan sin trabas hasta llegar a donde quieran ser puestas.

Pasan lentamente por la espalda hasta llegar a los muslos. Los labios se posan uno contra el otro y la humedad se convierte otra vez en un acto profundo de intimidad.

Ahora tras recordar el paso de tus dedos, me siento en la ducha y me toco en tranquilidad del silencio evocando ese momento una y otra vez.

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