viernes, 17 de febrero de 2012

merodeando

llegamos a la puerta de la fiesta, una puerta grande de madera, no se parece a ninguna casa, antes de entrar un león sin melena camina por la calle empedrada y nos alcanza, toma a Alam de la mano y lo coloco detrás de mi, si ha de comerse a alguien que sea a mi primero, el león nos da una vuelta lentamente, oliéndonos, sintiéndonos, yo no tengo tanto miedo, es más bien expectativa, el león hace el círculo y se va lentamente como vino.

entramos a la fiesta

justina
sueño tres

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